
En los últimos años han quedado científicamente demostrados los beneficios de meditar en medicina. Meditar ayuda a reducir el dolor crónico, la depresión, el cáncer, la ansiedad y la obesidad, entre otras enfermedades.
Qué es meditar
Para los escépticos, vamos a ver primero qué NO es. Para meditar no hay que hacer cosas raras ni mantener posturas imposibles ni pensamientos sublimes, meditar no es sólo para santos y gurús, ni para escapar de la realidad o entrar en trance, no es algo reservado para personas especiales.
Meditar es una práctica milenaria mente-cuerpo con muchos métodos y variaciones que se basa en algo tan simple como parar y estar presente. Meditar es desarrollar la capacidad de abrazar la realidad tal cual es, en el silencio y la calma de la conciencia en el momento presente. Y ¡sin juzgar! No hay que hacer nada, no se trata de cambiar nada. Las cosas que no te gustan de tu vida sólo tienes que observarlas: que te gusten o no depende del pensamiento que hagas de ellas.
Y se trata precisamente de entrenar el pensamiento para que deje de interferir negativamente en tu vida pues las relaciones que mantengas con tu cuerpo, tu mente y tus emociones a cada instante te aportarán salud, bienestar y sabiduría si son las correctas. La atención plena a través de la meditación te da una manera más sana de sostener tu vida.
Al meditar la mente se afianza en el momento presente, calmándose y haciéndose receptiva, y deja ir cualquier pensamiento o sensación que surja, dando lugar a una conciencia clara y una profunda sensación de paz interna.
La capacidad de alcanzar esa sensación de liviandad física y de estabilidad mental que se consigue a través de la meditación ofrece un fundamento para la curación e influye directamente en la capacidad de una persona de afrontar los problemas que resultan de la enfermedad. Tanto es así que la ciencia moderna está incorporando la meditación en el tratamiento de muchas enfermedades.
La meditación puede ser un buen medio de orientación hacia adentro para ayudarte a navegar en épocas de turbulencias ya que te ayuda a fortalecer el sentimiento de auto-determinación, es decir, a utilizar tus propios recursos internos para vivir las circunstancias con claridad y ecuanimidad.
Los beneficios de meditar
Se han documentado ampliamente los efectos fisiológicos de la meditación pero antes de contártelos quiero aclarar que meditar va mucho más allá: la ciencia objetiva se limita a recoger los correlatos externos (ondas cerebrales, variables químicas, cambios conductuales) pero la meditación incorpora tanto efectos externos tangibles como efectos internos intangibles. Así podrás entender que aunque los resultados son llamativamente beneficiosos, meditar puede aportarte muchas más ventajas que no podrás medir pero sí podrás sentir en tu día a día.
Y sigo.
Que en el mundo occidental nos dediquemos a meditar suena a moderno, raro o loco. Pero ¡nada de eso! Al revisar la historia he encontrado que hace muchos años que los investigadores se interesaron por este trabajo:
- 1935: el cardiólogo francés Brosse estudió a los yoguis indios capaces de reducir su frecuencia cardíaca a casi cero en los registros electrocardiográficos.
- 1950: la revista Lancet publica un artículo sobre la capacidad de un yogui de mantenerse sentado bajo tierra durante 62 h sin mostrar ningún signo de estrés en las mediciones.
- 1961: los investigadores Bagchi y Wenger demuestran que los expertos en meditación son capaces de producir cambios voluntarios en su actividad nerviosa autonóma.
- Y a partir de ahí se amplía la investigación en meditación, con la colaboración de universidades tan prestigiosas como la de Massachusetts, Harvard o Georgetown, en Estados Unidos, para evaluar la relación entre salud y espiritualidad. ¡Científicos, investigadores, profesionales de la salud y místicos dialogando!
Pero te preguntarás cuáles son esos cambios tan importantes… Pues verás: se ha demostrado que meditar es útil en el tratamiento de muchas enfermedades:
- reduce la ansiedad,
- previene la recurrencia de la depresión,
- reduce el dolor crónico,
- tiene un efecto positivo en el tratamiento de las cefaleas tensionales, la psoriasis, la cardiopatía isquémica, la fibromialgia, el cáncer, la obesidad y los trastornos alimentarios,
- mejora las cifras de presión arterial y colesterol,
- mejora la variabilidad cardíaca,
- mejora la función inmunológica,
- produce cambios en el genoma que inhiben genes relacionados con la inflamación y, por tanto, con el cáncer.
- ayuda a dejar de fumar,
- alarga la vida,
- mejora la función cognitiva en personas de edad avanzada.
Meditar cambia el cerebro
Se ha observado que la práctica de la meditación moldea nuestro cerebro y mejora la neuroplasticidad de la felicidad.
- Las regiones del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la memoria se ensanchan.
- Se refuerza la amígdala, la zona del cerebro encargada de reaccionar ante las amenazas.
- Las conexiones neuronales mejoran.
- Se potencia la actividad de la corteza prefrontal, asociada a estados mentales positivos.
Si meditas, la densidad y el tamaño de tu cerebro dejarán de encogerse con los años.
Conclusión: medita
Ha quedado claro que meditar a diario consigue una mejoría significativa en el desarrollo y la clínica de muchas enfermedades. Pero además consigue una conexión espiritual profunda que fomenta la sensación de bienestar y felicidad. Por eso la meditación es útil en cualquier indicación, incluyendo tanto la vida cotidiana como los posibles trastornos clínicos que surjan con el tiempo.
He encontrado su página por casualidad y me ha gustado mucho por fin encuentro una médica que habla de los otros aspectos de la enfermedad , la alimentación , la emocional, hábitos ancestrales que ya no sirven para esta vida sedentaria (se come demasiado para el gasto calórico) otras terapias etc.
Felicidades y Gracias por compartir sus conocimientos
Carmen
Muchas gracias por su comentario, Carmen! También es genial ir encontrando cada vez más personas que van contemplando esos otros aspectos de la enfermedad 🙂
Ciertamente da esperanza cuando ves que los propios médicos alópatas, los cuales se instruyen dogmáticamente en los aspectos de salud y enfermedad (de “especificidad”) muy distintos de los naturópatas, van comprendiendo la verdadera naturaleza del ser humano, su aspecto cuatridimensional (cuerpo-físico etérico, astral, mental y Búdico).
La Meditación, en su acepción básica, realmente aporta serenidad al cuerpo astral o emocional y permite, a partir de allí, acceder a estados de claridad mental crecientes. Todo ello permite al que la practica gestionar mejor su vida y así disfrutar de grandes beneficios y éxitos en todos los campos del vivir humano.
La Meditación, en su aspecto Transcendental y científica, requiere ya de unos propósitos de vida que abarquen mucho más que el propio beneficio personal, incluyendo así a todos los seres sintientes, tal como lo han hecho a lo largo de muchas vidas los Yoguis de los Himalayas, los preservadores de la Verdad y la Realidad de los Tres Mundos de la Existencia.
Felicitaciones por la web.
Muchas gracias por el comentario. Saludos cordiales!